¡Descubrí Twitter!

En realidad hace mucho tiempo había descubierto Twitter, pero hasta hace poco entendí la función de esta red social/herramienta tecnológica, que a pesar de ser tan sencilla, es funcional, dinámica, practica y además reinventa la comunicación personal, de sociedad y masas. Simplemente maravillosa.

Twitter es el corazón de la sociedad, es el pulso de los hechos y acontecimientos que nos rodean, es la opinión del pueblo, es un foro para discutir, es una escuela, pero no cualquiera, es una escuela de la vida que por medio de la tecnológica, enriquece nuestra propia cultura, por medio de más cultura y más diversa.

Mucho se ha dicho de Twitter. Para muchos, es otra red social más de las cientos que existen actualmente e inclusive prevén que muy pronto su popularidad va acabar. Y estoy de acuerdo con “ellos” en algo: si es una red social, pero no una más del montón.

Esta no desvirtúa su finalidad con aplicaciones para el entretenimiento. Twitter tiene un solo fin: compartir lo que pasa y por medio de las palabras. Y el uso de la palabra, precisamente es lo que hace - como lo mencione antes - que sea tan funcional.

Para utilizar la palabra es necesaria la racionalidad. Y por dicha esta última, está presente en la mayoría de los “tweets”, como le han llamado a los constantes mensajes. Que al igual que la red social son provechosos, inteligentes, certeros y actuales.

A Twitter no se le pasa ni una. Está al tanto de todo, sin importar el ¿dónde?, ¿cómo?, ¿qué? o el ¿Por qué? Es la herramienta perfecta para recibir y difundir información. Que por cierto es bastante veraz y todos como sociedad le agradecemos.

Twitter es una herramienta de mercadeo, de ventas, de servicio al cliente, de noticias, de entretención, entre otras.

Twitter es expresión.