Cada martes desde hace ocho años…

Cada martes desde hace ocho años voy al teatro, como me gusta llamarlo.

Más que una obligación es una costumbre y la disfruto tanto que no la cambiaría por nada. He hecho hasta lo imposible – como normalmente se dice cuando nos gusta hacer algo, aunque en realidad no hagamos nada imposible – para continuar liberando a ese “ser artístico” amante de las tablas y la imaginación, que llevo dentro.

¡Ocho años! Como ha pasado el tiempo… cuando empecé con esto, medía medio metro menos y aun jugaba escondido después de hacer la tarea, pero no me quejo, jamás me quejare. El teatro, como me gusta llamarlo, me alimenta y me hace feliz.

Se llama Teatro Experimental Miraluz y desde hace ocho años además de alimentar mi alma e imaginación, hace lo mismo con otras miles de personas que acuden a nuestros espectáculos con el fin de pasar un rato ameno. Que gratificantes son los aplausos de agradecimiento y más aun la contagiable risa de los que no pueden parar y hasta pierden el aire al hacerlo.

Como lo dice su nombre, este es un teatro experimental, y si que hemos hecho de todo un poco. Y digo hemos, porque no soy solo yo, somos 10 personas más que comandadas por un hombre que ama el arte y la vida, contribuimos a buscar en nosotros y en los demás esa realidad que se debe representar.

El teatro, mi teatro, ha pasado por muchas etapas y yo también lo he hecho. Y lo bueno de todo esto, es que no hemos podido adaptar a ellas. El amor por las cosas o las personas prevalece sobre todo.

Yo AMO el teatro y lo llevo en mi alma y mente. Pienso siempre en ello y en las personas que junto a mi marcan este camino. Ya no son compañeros, son amigos/familia y que bien se siente decir esto.

Por el momento unas cuantas fotos. Después continuare con la historia de nuestra “quijotizacion”.



"La Mojiganga"


"Ensalada de Palabras"

Ya no es noticia

Esta situación es tan común que en unos pocos meses ya no será noticia. Sí, me refiero a la interminable cantidad de jerarcas de distintas instituciones públicas de Costa Rica, que renuncian a sus puestos por culpa del alcohol o más bien de la irracionalidad, si es que somos razonables al evaluar este tipo de eventos.

Parece que a estos respetados “señores”, que velan por el bienestar de todos los costarricenses, ahora les acompañan dos nuevos problemas: la irresponsabilidad, que al fin de cuentas no es tan nueva y la perdida de memoria.

Y es que por burlesco que parezca, esta es la realidad. Durante los últimos meses, hemos observado y escuchado, la ahora nada usual historia que cita lo siguiente:

“Jerarca de importante institución pública de Costa Rica renuncia a su puesto tras chocar borracho”

¡Que pena! ¡Que irresponsabilidad! Estas son las expresiones que decimos al darnos cuenta de tal acto, y es que otra cosa podríamos decir, si el “probrecito” no cabe en esta historia.

Como es posible, que aún cuando el Ministerio de Obras Públicas y Transportes promueva una campaña de paz en las carreteras, que tiene como fin concientizar al costarricense que posee la no mala, malísima costumbre de manejar con “algunos tragos encima”, esta no parezca tener efecto en quienes deberían ser los primeros en ponerla en práctica.

Es cierto, todos somos ciudadanos de este país y nos regimos bajo las mismas reglas; sin embargo, no todos salimos en televisión a diario o tenemos a nuestro mando un grupo de personas que laboran por y para el bienestar de todos.

Al igual que ellos (los respetados señores), todo aquel que maneja bajo la influencia del alcohol es un gran irresponsable, sin importar si pueden o no justificarse. Ahora bien, más alla de ser irresponsables y como lo mencione con anterioridad, parece que ahora han perdido la memoria.

Cada uno de los implicados parece olvidar, precisamente, el puesto que poseen y a mi parecer los mas vergonzoso de esta situación, que están utilizando carros oficiales de la institución para la que laboran al hacerlo. Esto es no tener dignidad.

Pero para que tenerla, sin al fin de cuentas el Presidente de la República simplemente va a pedir su renuncia y asunto resuelto.¡Que fácil es la vida para algunos! Atrás queda la irresponsabilidad y las consecuencias a las cuales supuestamente debemos ser sometidos.

Y después el gobierno se pregunta ¿Por qué los costarricenses se quejan de la “dura” ley de transito que nos ampara?

En realidad es dura solo para la mayoría. Los afortunados y protegidos del gobierno, jamás han sentido y posiblemente sabrán lo que significa vivir bajo una nación con regulaciones.

¿Cómo es posible que nuestro Presidente destaque la buena labor de un jerarca cuando se encuentra en medio de un escándalo?

Y es que no pretendo hacer uno, pero es simplemente indignante que esto suceda. Y no se si en realidad si molesta mas la acción o las consecuencias, que no existen.

Cuando este tipo de cosas pasan, todos, incluyendo al implicado debería callarse y bajar la cabeza. Es lo mas lógico y no es necesario un doctorado de universidad inglesa para hacerlo.

Ahora bien, si buscamos el lado bueno de las cosas y aunque mi posición con respecto a este tema no me permite encontrarlas fácilmente, podría destacar que gracias al alcohol nos deshacemos de esas piezas que no calzan en el rompecabezas del país que deseamos.

Dejemos que Don Oscar continúe con las felicitaciones, a lo mejor es una estrategia interna de organización laboral.