Mi primer voto

Para algunos puede sonar ridículo, pero no lo es. Debo admitir que en este momento estoy sumamente emocionado por las elecciones nacionales que se celebraran en mi país mañana. Y no precisamente por las partidos o los candidatos, que en realidad me dejan un sinsabor indescriptible, sino porque este será mi primer voto.

Unos pocos o unos muchos, jamás tienen o esperan con ansias esta oportunidad. A muchos la vida no les da tiempo de ilusionarse por la nueva era que se avecina, y peor aún, muchos mueren sin haber sentido la democracia en sus entrañas. Ninguna de las anteriores, gracias a Dios o en quien o que ustedes crean, es mi caso.

Mañana aunque tenga que laborar, con gran entusiasmo acudiré durante la tarde a las urnas electorales de mi comunidad. Con orgullo, marcare la casilla de mi candidato favorito y en menos de 2 minutos, al igual que millones de costarricenses, con esperanza y positivismo estableceré las bases de esa Costa Rica que cada cuatro años esperamos.

Hace cuatro años, espere que todos los que me rodeaban hicieran esto por mí. Mañana no necesitare la ayuda de nadie y mucho menos esperare que los demás hayan tomado la decisión correcta. Porque por primera vez esa “x” anaranjada demostrara que soy costarricense, que me importa mi país y que si quiero luchar por él.

Mi voto será igual de importante que el de todos ustedes. Mi voto causara alegría, tristeza, ilusión, enojo y celebración. Mi voto será un manojo de emociones que rodean un mismo sentir: ¡Viva Costa Rica!

¡Todos a votar!