Cada martes desde hace ocho años voy al teatro, como me gusta llamarlo.
Más que una obligación es una costumbre y la disfruto tanto que no la cambiaría por nada. He hecho hasta lo imposible – como normalmente se dice cuando nos gusta hacer algo, aunque en realidad no hagamos nada imposible – para continuar liberando a ese “ser artístico” amante de las tablas y la imaginación, que llevo dentro.
¡Ocho años! Como ha pasado el tiempo… cuando empecé con esto, medía medio metro menos y aun jugaba escondido después de hacer la tarea, pero no me quejo, jamás me quejare. El teatro, como me gusta llamarlo, me alimenta y me hace feliz.
Se llama Teatro Experimental Miraluz y desde hace ocho años además de alimentar mi alma e imaginación, hace lo mismo con otras miles de personas que acuden a nuestros espectáculos con el fin de pasar un rato ameno. Que gratificantes son los aplausos de agradecimiento y más aun la contagiable risa de los que no pueden parar y hasta pierden el aire al hacerlo.
Como lo dice su nombre, este es un teatro experimental, y si que hemos hecho de todo un poco. Y digo hemos, porque no soy solo yo, somos 10 personas más que comandadas por un hombre que ama el arte y la vida, contribuimos a buscar en nosotros y en los demás esa realidad que se debe representar.
El teatro, mi teatro, ha pasado por muchas etapas y yo también lo he hecho. Y lo bueno de todo esto, es que no hemos podido adaptar a ellas. El amor por las cosas o las personas prevalece sobre todo.
Yo AMO el teatro y lo llevo en mi alma y mente. Pienso siempre en ello y en las personas que junto a mi marcan este camino. Ya no son compañeros, son amigos/familia y que bien se siente decir esto.
Por el momento unas cuantas fotos. Después continuare con la historia de nuestra “quijotizacion”.
Más que una obligación es una costumbre y la disfruto tanto que no la cambiaría por nada. He hecho hasta lo imposible – como normalmente se dice cuando nos gusta hacer algo, aunque en realidad no hagamos nada imposible – para continuar liberando a ese “ser artístico” amante de las tablas y la imaginación, que llevo dentro.
¡Ocho años! Como ha pasado el tiempo… cuando empecé con esto, medía medio metro menos y aun jugaba escondido después de hacer la tarea, pero no me quejo, jamás me quejare. El teatro, como me gusta llamarlo, me alimenta y me hace feliz.
Se llama Teatro Experimental Miraluz y desde hace ocho años además de alimentar mi alma e imaginación, hace lo mismo con otras miles de personas que acuden a nuestros espectáculos con el fin de pasar un rato ameno. Que gratificantes son los aplausos de agradecimiento y más aun la contagiable risa de los que no pueden parar y hasta pierden el aire al hacerlo.
Como lo dice su nombre, este es un teatro experimental, y si que hemos hecho de todo un poco. Y digo hemos, porque no soy solo yo, somos 10 personas más que comandadas por un hombre que ama el arte y la vida, contribuimos a buscar en nosotros y en los demás esa realidad que se debe representar.
El teatro, mi teatro, ha pasado por muchas etapas y yo también lo he hecho. Y lo bueno de todo esto, es que no hemos podido adaptar a ellas. El amor por las cosas o las personas prevalece sobre todo.
Yo AMO el teatro y lo llevo en mi alma y mente. Pienso siempre en ello y en las personas que junto a mi marcan este camino. Ya no son compañeros, son amigos/familia y que bien se siente decir esto.
Por el momento unas cuantas fotos. Después continuare con la historia de nuestra “quijotizacion”.
"La Mojiganga"
"Ensalada de Palabras"
1 comentarios:
Que cool el teatro! Y aunq no te he podido ver en acción todavía.. I bet you rock!
Publicar un comentario